No me gusta excesivamente el soneto “cómico” de Rimbaud. Y mucho menos su traducción. Por eso, perdonad mi osadía, he intentado hacer yo una. En algún momento más parece una versión que una traducción. He intentado que siguiera teniendo la métrica y la rima del soneto, aunque será un Alejandrino, es decir, versos de 14 sílabas, con dos hemistiquios. No siempre lo he conseguido.
Destrocé mis zapatos durante ocho jornadas
Por sendas pedregosas. Y llegué a Chaleroi.
Entré en el Cabaret-Vert y pedí unas tostadas
Mantequilla y jamón, y un poquito de foie.
Las piernas estiradas, feliz, bajo la mesa
Verde: me puse a contemplar los ingenuos motivos
De la tapicería. Y fue grata sorpresa
Cuando la camarera, tetona y de ojos vivos
-A esa no la veremos por un beso asustada-
Risueña, me trajera la rebanada untada
Jamón semi-caliente en un plato coloreado
Jamón rosado y blanco con aroma de ajo
Y llenara mi jarra inmensa con la espuma
Dorada por un rayo de sol adormilado
Destrocé mis zapatos durante ocho jornadas
Por sendas pedregosas. Y llegué a Chaleroi.
Entré en el Cabaret-Vert y pedí unas tostadas
Mantequilla y jamón, y un poquito de foie.
Las piernas estiradas, feliz, bajo la mesa
Verde: me puse a contemplar los ingenuos motivos
De la tapicería. Y fue grata sorpresa
Cuando la camarera, tetona y de ojos vivos
-A esa no la veremos por un beso asustada-
Risueña, me trajera la rebanada untada
Jamón semi-caliente en un plato coloreado
Jamón rosado y blanco con aroma de ajo
Y llenara mi jarra inmensa con la espuma
Dorada por un rayo de sol adormilado