divendres, 15 de març del 2013

Siete vidas



El 21 de abril, mi gato se suicidó. Se tiró por la ventana. Buen comienzo de primavera, pensé. Era una noche estrellada y no sé muy bien si lo que quiso es salir del tugurio en el que vivimos para contemplar las estrellas, o dejar de verme a mí definitivamente. Yo no me enteré hasta bastante más tarde porque, según mi costumbre de los últimos años, había ido a cenar al bar de la esquina y, claro, no se puede estar al mismo tiempo en casa y en el bareto, uno no tiene el don de la ubicuidad, qué queréis. Dicen que los gatos tienen siete vidas. No os lo creáis: quienes dicen eso mienten como bellacos. Los que tenemos siete vidas somos los borrachos, eso sí que os lo puedo asegurar. En el bareto de al lado trabaja Lino. Me da un bocata a escondidas del dueño,  un malasangre de cuidado. No me puede ni ver. Así que aprovecho cuando ya está a punto de cerrar y él se ha ido a dormir, según dice, que a mí no me la pega. Mi amigo me da también algunos restos de pescado para mi gato. Mi gato no tiene nombre. ¿Para qué si nadie le llama? Yo lo llamo “gato” y él hace que me oye, pero siempre actúa según su voluntad, el muy taimado.  Lo que más le gusta es frotarse contra mis piernas. Mejor dicho era y le gustaba. Ahora ya no le gusta nada, ni siquiera las raspas de las sardinas que me dio mi amigo anoche para él, pensando que se relamería los bigotes. Recogí a gato del suelo, a donde había ido a parar, y lo tengo guardado - bien estiradito como lo encontré al volver- junto a mi reloj de pulsera, mi vieja pipa, los pañuelos que me bordó aquella novia, algunas fotos que me recuerdan épocas medio olvidadas de cuando yo…,  y  otras muchas cosas que ya no me sirven para nada y que pienso dejar en herencia a mis queridísimos hijos cuando se me acaben las siete vidas.


5 comentaris:

  1. ¿Me podéis dar un título, amadas compañeras?

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  2. Gracias, georgia, al final le he puesto "siete vidas". Ya veré si es el título definitivo.

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  3. Creo haberte leído este relato pero de todas formas me gusta como si fuera la primera vez que lo leo. Tiene técnica e inspiración, muy rico.

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