Rubén recogió a la chica a las cuatro
de la madrugada haciendo autostop por la autovía de Castelldefels. Iba
hecha un trapo, el rimmel corrido con unos goterones de lo que debían haber
sido lágrimas, la falda rota, la blusa sin botones con una manga colgando,
desgreñada, sucia, con un tacón en la mano. Parecía un animalillo herido,
acosado y cazado. Él la vio tan frágil, tan joven, tan poquita cosa, con unas
muñecas finas y quebradizas, unas manitas de uñas pintadas y una boca de adolescente
aniñada. La llevó a su casa, le cedió el baño, la bañera llena de agua
calentita y espuma. El albornoz azul, nuevo, que contrastaba perfectamente con
su pálida tez y sus ojos de curiosa inocencia. La llevó a su cama con sábanas
limpias y el olor de sus cabellos mojados se mezclaron con los aromas de
lavanda y miel. La miraba esquivo, como no queriendo importunarla con su
demanda, sus interrogantes, sus incógnitas. Ella tenía frío y alargó su pie
hacia él, que sentado en el silloncito, dejaba pasar el tiempo. Ven a mi
lado. Y se arrebujaron los dos. Todavía no sé cuál es tu nombre. ¿De verdad, te importa? Quizá, no…No durmieron, pasaron las
horas sintiéndose el uno al otro, cada centímetro, cada poro, cada surco. Te siento tan mía que llamarte de algún modo sería como
separarme de ti, reconocer que eres distinta a la substancia de que están
hechas las sílabas que forman mi nombre. Ya no quiero saberlo, tampoco quiero despegarme
de ti. En un gesto rápido ella se levantó, atravesó la habitación y llegó a la
cómoda, ahí había un retrato de mujer. ¿Quién es? No sé tu nombre, en cambio, conozco demasiado bien el de ella y hasta qué
punto ese nombre se interpone entre nosotros, como una muralla impalpable y
elástica que no se puede nunca atravesar...
Expandir el texto siguiente (hasta un máximo de una página),
intercalando frases, palabras e incluso sólo sílabas o letras sin alterar el
orden original:
"Todavía no sé cuál es tu nombre. Te siento tan mía que llamarte de algún modo
sería como separarme de ti, reconocer que eres distinta a la substancia de que
están hechas las sílabas que forman mi nombre. En cambio, conozco demasiado bien
el de ella y hasta qué punto ese nombre se interpone entre nosotros, como una
muralla impalpable y elástica que no se puede nunca atravesar..."
Ben trobat el context, molt compenetrat amb el que n'és obligatori.
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