No
sabes bien lo que es el desamparo, lo que es el desamor. Una aguja que se
clava en lo más profundo del corazón y hace que te desangres, gota a gota. Tú adoptaste
siempre la postura intermedia, nada de soluciones extremas, conciliador, ecléctico.
Yo no. Querías ponerlo bajo tu tutela, protegerlo. Que cambiaría, decías. Como
si fuéramos capaces de cambiar a las personas con solo desearlo. A mí nunca me
gustó, aunque al principio me enternecía cómo la trataba. Así que cuando dejó
de tratarla como un enamorado, lo envenené. Han pasado largos años y aún no me
han descubierto. Estado civil: muerto. Calculé muy bien todos mis movimientos y
él, desde donde está, no tiene posibilidades de delatarme. Ningún fiscal podrá
acusarme. Ahora, si te atreves, puedes hacerlo tú, el único que lo sabe. Ya
que, entre tú y yo, se ha instalado también el desamor.
ya veis, me ha dado por participar otra vez en el concurso abogados. Seguro que no cumplo las normas, pero...una vez escrito -y mira que me cuesta este concurso- lo he enviado. Vuestra opinión me interesa más que la de ellos jeje. He contado las palabras: justo 150, que es el máximo.
Muy asesina, te veo yo, eh!!!!
ResponEliminaPasemos a ser críticos:
el ...se te clava...mmm_quitaría el TE, creo que ..se clave...es más directo y tiene más fuerza (en mi humilde e indocta opinión...)
y hace que te desangres...(quizá), sino me resulta en exceso reflexivo.
La idea es buena, me gusta.
Quizá queda poco clara la aparición del segundo personaje por estar narrado en dos personas distintas (2ª y 3ª), mejor lo hablamos
pues sí, queda mejor!
ResponEliminaLo de los personajes, es que estoy hablando con otro. Digamos que es un diálogo en el que el otro no interviene.
Intriga rotunda. La asesina -justiciera-, que no deja nada al azar, amenaza a su pareja de que también puede matarle. Sus razones el desamparo y el desamor. Final alternativo. Relato contundente como sus comas y sus puntos.
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