Alto y fuerte, de piel cetrina y ojos negros. Ni bien ni mal parecido. Viste un buzo calabaza, está maniatado por esposas de ignorancia y lleva un sueldo occidental por grilletes. Grita “Butano!” y espera al final del corredor vertical a que alguien asome la cabeza.
En cuatro líneas, toda una vida. Reconocible a distancia, con esas imágenes tan visuales y tan duras.
ResponEliminaSucint, explícit i rodó
ResponEliminaElena, filla! quina capacitat per dir en quatre líneas tot allò que costa resumir en paraules...
ResponEliminaAdmiro aquest talent.
Dur, però ...