Al otro
lado de la puerta está el vacío.
Mi
espalda se curva bajo el peso de tu pérdida
Mis
rodillas flaquean por el abandono
He
perdido mi sombra, la llevaste contigo
igual
que las corrientes arrastran la tierra de los márgenes
Y me
dejaste desvalida.
Barca
varada, tierra en barbecho, pozo seco.
Me
tomaste entre tus manos y quedé reducida a cenizas
Te
filtraste por mis hendiduras, sin llave ni ganzúa,
como ave de rapiña, depredadora, astuta
Y me
despojaste.
Al otro
lado de la puerta
El
árido desierto que da paso al olvido
Teníamos que hacer algo a partir de "a l'altre costat de la porta", no necesariamente al principio.
ResponEliminaOstia, Concha que bueno, que bueno , que bueno!!!!!
ResponEliminaLa abres con suavidad, sacanado la cabeza para mirar a lado y lado, y -plaf- das un sonoro portazo, luego la cierras con cuatro llaves y la atrancas con lo que se te ocurra.
ResponEliminaMe he emocionado tanto, que me he dejado todos los acentos y la crítica.
ResponEliminaPerfecta, expresa de forma clara, rotunda sin artificios, la dureza del abandono, de la soledad impuesta por dejación ( no sé muy bien si se puede aplicar asi la palabreja, pero me importa un rayo...) Rímica, cadenciosa y seca como lo es esa clase de tormento entre traición, sorpesa y falsedad.