diumenge, 9 de juny del 2013

Encadenados

Las dos mujeres planeaban la escapada. A pesar de las botellas vacías esparcidas por el salón sabían que la muerte tenía un precio así que sólo quedaba pensar en el método. No podían salir con faldas y a lo loco porqué eso acostumbraba a dejar pistas y la huella es lo que debían evitar a toda costa.

-Podemos coger el expreso de medianoche-, propuso Louise desde la cocina sacándose un mechón rubio de los ojos.

-Yo había pensado en que la huída fuera algo más matrix-, contestó Thelma que conocía cómo matar a un ruiseñor. Pensemos.

Sonó el timbre de la puerta. Qué raro, llama un extraño a estas horas?-preguntó Louise.

Quien haya subido 39 escalones, bien merece que lo miren-contestó Thelma-, y se levantó del sofà. Sus rizos pelirrojos taparon por un momento la mirilla, -es Barton, quién si no! Y abrió la puerta.

Barton Fink traía 21 gramos de perfume de mujer en esencia y lanzó a Louise la pequeña bolsa transparente. Recuerda que tienes que ponerle como dos gotas de agua antes de usarlo-, y se dirigió al sillón de las confidencias como todos le llamaban.

-Estamos esperando a una amiga-, dijo la pelirroja, arrepintiéndose de la brusquedad.

- Sayonara, baby, saludó el hombre sin llegar a sentarse.

-No, no te vayas, es solo que vamos a pasar las vacaciones en Roma, Roma città aperta. Y nuestra amiga no sabe todavía si va a venir.

-Es la decisión de Sophie-, intervino Louise. Por cierto, podrías cuidar de la gatita?

-Claro! Esa gata es m i t e s o r o. Dónde está?-, buscando tras una cortina rasgada.

-La gata está sobre el tejado de zinc-, y Thelma señaló el techo con el dedo pulgar. Cuando no estés en casa la puedes dejar con el hombre de al lado, nuestro vecino, que tiene una habitación con vistas. El amigo americano ha dejado libre la habitación.

-Y Alice, la del apartamento B?

-No, Alicia ya no vive aquí-, repuso la mujer rubia.

-Recojo la gata y me voy. Y por si no nos volvemos a ver, buenos días, buenas tardes y buenas noches. Las mujeres se miraron y todos rieron.

-Que la fuerza te acompañe Barton-, le dieron un beso y cerraron la puerta.

Thelma consultó el reloj: -Toma el dinero y corre. Echó un último vistazo a la piscina que una vez había cruzado el nadador y se cubrió los hombros con una rebeca. Louise sacó una maleta, dos maletas, tres maletas…de la cocina. -Ya estoy lista Thel.

Encontrar un taxi en Manhattan a aquella hora de la tarde era de expediente x. Cruzaron la calle a la carrera y un taxi driver abrió como el sirviente una de sus puertas. Salieron dos hombres y un destino, hacerles perder el tiempo. El tercer hombre fue sacado a empellones. Les espetó: -Señoritas yo soy un ciudadano corriente, y no tienen por que tratarme… -Kane!-, gritó el que había salido primero, el hombre de traje gris, -olvídalo, con esta gente el trato debe ser a sangre fría-.

El ciudadano Kane no debía estar en sus cabales porque cuando Thelma se disponía a cerrar la puerta, abrió la boca y sus grandes ojos: Yo soy tu padre.

-No, no, tu lo que eres es el rey de la comedia. Y le dió con la puerta en las narices. Menuda psicosis!.

-A lo mejor se encuentra de bruces con el exorcista. Es lo mejor que le puede pasar.

-Tú siempre tan positiva, Louise. Gente así lo único que hacen es crear pánico en las calles. Hay que tratarles sin perdón.

El taxista exclamó “to be or not to be” mirando el escudo de Odessa que llevaba en el salpicadero sujeto con un imán. Filósofo y judío; y todavía no estamos ni en la I Parte-, susurró la mujer pelirroja.

(continuará)

2 comentaris:

  1. Muy, muy bueno, Elena!Sólo una idea: yo guardaría para mí la adenda, no me parece necesaria.

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    1. Es que son 52 títulos + 4 películas aludidas, total 56 en un relato de 48 líneas !! no sé yo si sabré ser tan discreta como pides.:)

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