dimarts, 19 de febrer del 2013

Gafas



Se puso las gafas de no ver. Las maravillosas gafas de no ver. Y…

No vio la desesperación de los que pierden su casa

No vio la amargura de los que escarban en las basuras

Ni la tristeza del hambre en los ojos de los niños

No vio la exasperación de los que piden inútilmente trabajo

No vio la humillación de los que hacen cola ante las puertas de los comedores

Ni la ira de las protestas en boca de los manifestantes

No vio la obscenidad de las risas sin disimulo de los banqueros

No vio la indecencia de los fastos políticos

Ni la inmoralidad de los que todo pueden

No vio la desvergüenza de los que nos hacen culpables

No vio la vileza de los que dicen “que se jodan” o “que paguen sus deudas”

Ni la injusticia de los que se proclaman justos

Sólo por la noche, al llegar a casa, se cambió las gafas de no ver por las de ver. Para observar el efecto. Como un juego. Se puso delante del espejo y contempló con detenimiento su verdadero rostro: la cara de un cerdo. Pero esto no le incomodó. A su lado, siempre estarían las gafas del olvido.

Concha


2 comentaris:

  1. Hay que sacar la mala leche de vez en cuando para sentirnos menos cómplices de tanto en tanto.

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  2. Una perfecta descripción de la mayoría de nosotros, que salimos al mundo con las gafas de no ver mas que nuestro ombligo

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