diumenge, 4 d’octubre del 2009

El viejo juez

-Recuerdo que el mejor litigio de mi carrera es el que no ví-, dijo el viejo juez desde su butaca con una copa de cognac en la mano y mirando el humo azul de un habano en la otra.

El joven abogado le miraba atentamente desde la banqueta del rincón esperando oír alguna denuncia ahogada en los vapores de la mejor vendimia. Sus manos buscaron unas notas en el teclado del piano. Levantó la cabeza y vió al viejo juez que mirando al techo, buscaba el hilo invisible del globo de la memoria. Llenó de música el salón antes de que pudiera encontrarlo y desparramar así sus recuerdos.

En silencio, recogidas ya las notas, el abogado se dispuso entonces a oír el relato.

Con la copa en la mesa y la ceniza en el suelo el viejo juez emitía una incipiente serie de largos y profundos ronquidos. Otro día pincharía el globo.

1 comentari:

  1. Què guapo Elena !!. Et sento súper-inspirada !!. Veig que vas preparant motors ... ja cal que m'espavili !!

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