Don Juan y otras historias

       Quien te ha dicho que soy un ligón?...ja,ja,ja, aún me río ahora cuando lo recuerdo. Por favor! Es posible que a estas alturas aún no te hayas enterado de que era conmigo con quien ligabas? Mira que te lo dije, que te lo repetí, te lo expliqué, lo conté. Y tú nada…Como si lloviera. En fin, qué le vamos a hacer. No, si yo lo entiendo, yo había sido como tú…La armonía de las formas y los colores, la clase, la elegancia, ja,ja,ja, qué paparruchadas! Cuando vives con la muerte, el deterioro físico, cuando chicos de veinte años se te van de las manos infectados por SIDA y sus cuerpos parecen salidos de Mathausen, vas dejando atrás la alergia a la fealdad y valoras otras cosas más importantes.

         Parecía que estábamos en el Dry Martini, por cierto el top ten de los bares de copas, y mi favorito en Barcelona (por algo es una de las diez coktelerías mejores del mundo), sin copa claro…y sin cigarrillo. Recuerdo que una vez, a mí me ocurrió algo parecido en el trabajo…Te quieres ligar al tal?, Yooo, que horror, noooo?! A veces, estamos tan cómodos, que nos dejamos ir, nos olvidamos de que estamos trabajando y nos sale la vena seductora, aquella que tenemos tan incrustada, de la que no somos conscientes y que utilizamos continuamente en nuestras relaciones personales sin pararnos a reflexionar que, a veces, el que la recibe se deja seducir…

         Si no me hubieras retado, puede que aún estuviéramos tomando copas imaginarias, y tú sin enterarte. Yo me lo pasaba genial. No necesitaba nada más. Es muy divertido, de lo más. Siempre me ha encantado. La verdad es que después de las millas recorridas en estos terrenos me muevo bastante bien en esas marismas. Quizá, por eso, no te diste cuenta. Fue suavecito, sin apenas rozadura como si de unas ruedas neumáticas se tratara, no había desgaste, ni frenazos, nada…Hacia adelante…Divirtiéndonos. Pero los retos son para mí irresistibles…y no se me puede decir jamás...asústame.