dimarts, 7 d’abril del 2009

Juego de diez primeras frases

Este texto es el que corresponde al juego del que hablamos el otro día: diez primeras frases de los diez primeros libros que tengáis por ejemplo en el primer estante de vuestra biblioteca. Quiero decir que los libros no se elijen uno por uno, sino que es el azar lo que lo determina. No sé si me explico). Las frases las he modificado pero, en principio tendrían que reconocerse. O no! El orden no puede variar. Creo recordar que metí la pata en alguno y que tendría que revisarlo, pero os lo presento como ejercicio.


Oh, tú, Ateh, princesa dueña de la palabra, de quien los jázaros son deudores, apiádate de ese joven que en esta tarde calurosa de julio abandona su cuartucho en el pasadizo S. En su cabeza, la idea del eterno retorno, misteriosa. "Qué contento estoy -piensa- de haberme marchado." Oscurece ya cuando llega a Bonn, la ciudad caliente, que dicen los parisinos. En su mente, la imagen de uno de los hombres más geniales y abominables de una época en la que no escasearon los hombres abominables y geniales: un individuo de nombre Harry, llamado el lobo estepario. Sobre el Atlántico avanza un mínimo barométrico en dirección este, frente a un máximo estacionado sobre Rusia, y Gustav sale de su apartamento de la Pinzregentenstrasse para dar un largo, solitario, paseo.

Pávic (Diccionario jázaro), Dostoievski (Crimen y Castigo), Kundera (La Insoportable Levedad del Ser), Goethe (Los sufrimientos del joven Werther), Böll (Opiniones de un payaso), Nemirovsky (Suite Francesa), Süskind (El Perfume), Hesse (El lobo estepario), Musil (El hombre sin atributos), Mann (La muerte en Venecia).

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